No lo puedo evitar. Me gustan la fábricas, en especial las antiguas. Tal vez tuviera que llamarles talleres más que fábricas. Me pirran esas que he visto en algunos países europeos y en algunas ciudades españolas que tienen el buen gusto de conservarlas con sus ventanas cuarteadas, sus techos altos, el ladrillo rojo de sus… Seguir leyendo Me gustan las fábricas y los talleres, no los servicios financieros