En puridad, es la inflación la que hace subir los precios y no al revés, pero permítanme esta licencia en el título. Hemos tratado las causas monetarias de la inflación, que es la principal causa, directa o indirectamente de la misma. Es cuando la oferta monetaria ha crecido más que la demanda de dinero por el crecimiento del PIB y ese excedente hace disminuir el valor del dinero. Sin embargo, hay otras muchas causas que están en la parte de los proveedores y provocan que los precios suban de forma ajena a la cuestión monetaria.
Todos los que hemos estado en la fijación de precios sabemos que hay una parte de los aumentos de precios que dependen de la parte proveedora. Ahora las detallaremos y veremos su habitualidad en el mercado.
Rápidamente comentaré la circunstancia en la que un proveedor está en posesión de una gran ventaja competitiva y ese monopolio competitivo le concede ese poder de ir marcando el precio por arriba del resto de competidores.
La escasez de un producto o de una materia prima -independientemente de su precio- puede hacer que suba su precio. Basta con recordar las limitaciones en el mercado del automóvil por la falta de placas con circuitos integrados o cuando hay una guerra que impide que las mercancías pasen por esas zonas o si un barco encalla en un canal o un volcán entre en erupción. El proveedor que consigue una serie de unidades de un producto muy demandado y con escasez en el mercado, gozará de cierta bula para subir el precio. También aquí se producen abusos y aprovechados que dicen incluir el componente escaso falsamente o -simplemente- lo dan como escusa. Otra versión es cuando un producto es muy demandado y, aunque no haya escasez, los proveedores ajustando demanda y oferta, suben los precios y observan con sorpresa que la demanda no disminuye, lo que les lleva a volver a subir. Este proceder -más ajustado a la lógica económica- no conviene seguirlo hasta el límite porque se corre el riesgo de que te perciban como un aprovechado y te rechacen para siempre.
Hay una inflación de costes, sobre todo en los mercados que trabajan con materiales con base metálica, ligada al petróleo, etcétera. Si sube el precio del cobre -además de desaparecer por la noche de todos los lugares donde esté expuesto- el sector eléctrico/electrónico en general, subirá sus precio. Exactamente lo mismo si sube el petróleo o el coste de la energía se dispara. La explicación para los clientes estará clara y será comprendida si no se comente abusos y se aprovecha el aumento de la materia prima para subir más allá. Y eso pasa…
La peor de las causas es cuando los proveedores aumentan sus precios aprovechando que existe un estado de opinión en el mercado resignándose a la subida generalizada de los productos. Es la causa menos ética y la que es fatal para la economía de un país. Lo hemos visto en el sector de la alimentación tirados por el precio del aceite de oliva virgen extra y después llegando el contagio general. No se puede negar que muchos productos vienen estando limitados en el tiempo de subidas de precios, es una fuerte presión que sale en cuanto encuentra la ocasión de escapar como si de vapor a presión se tratara, pero si los fijadores de precios de los proveedores tienen la expectativa de que la inflación seguirá estando presente, no se esperan y suben los precios por si acaso, liberando de este modo al dragón. las expectativas de inflación es una de la causas más importantes y más perjudicial. Es una ocasión en la que los sesgos del comportamiento humano peores consecuencias provocan basado en el aspecto egoísta de nuestra acción.
En estos casos, se puede decir que la oferta monetaria excesiva no actúa directamente, pero sí indirectamente -al menos en ciertos casos- porque el exceso de dinero siempre lleva a comportamientos exagerados en la demanda que -además- suele centrarse en algunos sectores, no en todos (construcción, punto com…), lo que agrava la situación.
Debería existir un organismo independiente que pudiera informar de los indicadores de costes, de inflación a futuro, de posibles riesgos de abastecimientos y eso ayudaría a fijar los precios adecuadamente y evitar los abusos de algunos. Por otra parte, con un mejor sistema de fijación de precios, orientado al valor y no al coste, con el mark-up bien calculado y una venta orientada también al valor, los precios tendrían mayor estabilidad y no estarían siempre deteriorando los márgenes con descuentos por falta de calidad en la venta, en los productos o en ambas.