Siempre nos hablan del monopolio, del oligopolio, del monopsonio, de la competencia perfecta, pero no suele nombrarse al mercado típico en el que nos movemos: la competencia monopolística, que es un caso de competencia imperfecta. La otra, la perfecta, es un modelo teórico que simplemente no existe más que en los libros de economía porque es imposible. Por lo tanto, las fuerzas de la oferta y la demanda no fijan los precios. Las tijeras de Marshall no determinan los precios sino miles, ¡qué digo!, millones de micro decisiones gerenciales van creando el mercado y las señales de los precios. las empresas compiten en términos de precios y beneficios y los compradores pueden elegir sus compras entre muchos ofertantes diferenciados, aunque en algunos mercados, cada vez se parezcan más. Debido a esta situación, el marketing es necesario para poder potenciar el valor de cada producto ante los compradores diferenciándose así de la competencia.
La competencia monopolística aporta mercados muy dinámicos, con un alta competencia ahora globalizada, con clientes que cambian sus preferencias constantemente y abrazan nuevos productos/servicios del mercado. las empresas compiten por los insumos y recursos humanos mejores y el marketing busca nuevos clientes y los intenta mantener durante el máximo tiempo posible siempre que sean rentables. Luego, a través del valor de su oferta, marca y precios, intentarán llevarse a la mayoría de los clientes, aunque este proceso en modo continuo hace que el mercado esté repartido debido a una dinámica que podemos llamar como Smith de «Mano invisible» y de orden espontáneo que alienta a los ofertantes a acercarse a los mejores mercados y a abandonarlos donde la rentabilidad brilla por su ausencia debido a varios factores (exceso de competencia, bajos precios, nula rentabilidad). Como he comentado, las empresas todavía tienen cierta capacidad de determinar sus precios y de su control. En esta tipología de mercado, es muy conveniente practicar la diferenciación de precios, por la que se venden productos similares incluso iguales bajo requerimientos diferenciados u opciones diferentes, lo que permite satisfacer segmentos de mercado que en un principio quedaban fuera del foco de la oferta por tener precios fuera del rango de su disponibilidad de pago.
La información del mercado es abundante y accesible, pero no «perfecta» y los agentes del mercado -tanto proveedores como compradores- no conocen los precios de todos los lugares donde está presente el mercado. Uno de los problemas de este tipo de mercado es su tendencia a tomar una partición del mercado importante olvidando la rentabilidad, lo que nos ha llevado a la situación actual en la que -con frecuencia- en tal de vender se pierde rentabilidad que es la madre de todas las batallas. Esta circunstancia permite a los operadores del mercado actuar localizadamente en pequeños mercados o en mercados verticales en los que actúan con cierta similitud al monopolio.
En este tipo de mercado no hay barreras de entrada ni de salida, pero todos los nuevos operadores intentan establecerlas como forma de protección, sin embargo, la distribución de la tecnología y su acceso impiden que se creen situaciones de verdaderas barreras de entrada y si las hay sólo son temporales, lo que aprovecharan los agraciados para conseguir una buena rentabilidad durante un tiempo, justo el necesario para que otros ofertantes lleguen al mercado rentable.
Esta dinámica conduce a los ofertantes a mejorar su propuesta de forma continua para adquirir nuevas ventajas competitivas que permitan la creación de un monopolio limitado y así poder seguir teniendo cierto poder de mercado.
Todos deberíamos tener como objetivo convertirnos en un monopolio competitivo natural, no por una concesión del Estado, sino por nuestros méritos propios al haber lanzado al mercado un producto o servicios verdaderamente diferenciado al que la competencia le cuesta acercarse y competir con él ni siquiera por precio. Para cuando llegue el momento de ir perdiendo mercado por todos los arribistas que se hayan acercado lo suficiente, nosotros ya estaremos en posición para la siguiente aproximación monopolística competitiva con otro productos, Así mantienen el liderazgo las grandes compañías competitivas