¿Se imaginan que hubiese un software fijador de precios que emitiera sus juicios de forma infalible? Podríamos someter nuestros productos a su sentencia con el precio que nos merecemos, en relación con las opiniones, percepciones y otros comportamientos conductuales de la clientela y sus segmentos para ese tipo de productos así como las propuestas de la competencia existentes. Verdaderamente, sería un dictaminador de precios competitivos fabuloso. No creo que con el actual desarrollo de la IA estemos hablando de ciencia-ficción, pero si -en la actualidad- aplicásemos manualmente los criterios base de ese potencial sistema automático, ya conseguiríamos un gran avance respecto al precio que ameritamos. Vamos a desarrollar un poco más esta propuesta.
Cuando tenemos nuestro producto con su precio fijado, ¿por qué no nos cuestionamos si es el precio que se merece, tanto al alza como a la baja? No podemos fijarnos en los competidores principales y situarnos un poco por debajo del precio de los líderes del mercado, tampoco tener un producto competitivo y haber fijado el precio basándonos en nuestro coste resultando un precio muy inferior al que se podría cobrar, ni tener un producto malo o mucho peor que el resto y acercarnos a los precios de los competidores. No nos lo merecemos en ningún caso.
Las decisiones de precios deben ser proactivas no reactivas a la foto del mercado cuando lanzamos nuestra propuesta. La labor de fijación del precio para merecerlo, comienza con la primera decisión de cubrir ese hueco en el mercado, si lo dejamos para más tarde para cuando vemos cómo ha salido el día, ua vamos a rebufo de otros y sin ameritarlo.
Como siempre recuerdo, el precio es una de las variables del marketing mix, muy importante, pero todavía quedan otras tres variables para mejorar la propuesta y ganarse el mérito de del precio con el que nos ofrecemos. La primera opción para merecer un precio es llenar el valor del producto o servicio con sus componentes que suman y restan -que es la clave- y, cuando ya se tiene y está compensado con un determinado precio, todavía le queda mover esa mole inercialmente fijada al suelo con el resto de variables del mix.