La teoría económica nos ha contado durante muchísimos años aquello de que los precios vienen determinados por el ajuste de la oferta y la demanda, las famosas tijeras de Marshall que parecen avisarte de que tus precios estan altos o bajos para la demanda existente y debes tomar acción para corregir ese desajuste hasta un nuevo movimiento de la demanda. Pues era verdad, pero con un par de matices tan importantes que custionan la tesis general, el primero de ellos: ¿A qué mercado geográfico nos estamos refiriendo?
Pensar que existe un único mercado y que la oferta y demanda agregada se refiere a esa globalidad es una estupidez soberana. Cada pueblo, cada ciudad cada provincia, cada región o zona geográfica establecida por un radio lógico desde el punto de mercado elegido, nos marca una oferta y demanda diferente y por lo tanto un precio diferente debido a que hay pocos o muchos productos compitiendo en cada mercado de referencia. El segundo matiz es el que siempre recordamos: el precio es subjetivo y contextual, así que cada potencial comprador tendrá una percepción diferente proviniente de los productos de los ofertantes de cada mercado y el contexto en el que sucede la posible compra.
Cuando aparece Internet y se generalizó como soporte a las compras a nivel global muchas cosas se movieron en los modelos económicos. La oferta y la demanda agregadas comenzaron a responder a otra situación mucho más general y el acceso a millones de productos a los que nunca hubiéramos podido acceder y con sus precios fijados ahora para mercados mucho más grandes e iguales (o casi) para todo el mundo. Desde cualquier pequeño pueblo o aldea que dependía de ofertantes que se acercaban a ellos porque no existían apenas tiendas en la población cobrando eun precio casi monopolístico, ahora se podía acceder por Internet (si tenían la suerte de poseer la infraestructura necesaria cercana) produciendo una igualación en los precios a nivel mundial. Respecto a la percepción del valor por parte del potencial cliente en una situación determinada, también queda alterada: mucha más oferta, muchos más precios por productos o servicios semejantes si no iguales.
Pero eso no es todo, los precios emiten señales, es un ajuste increible digno de la ingeniería más precisa aunque se produce de forma espontánea, de forma que hay una oferta en los mercados que puede complacer a todos los segmentos en cuanto valor y precio cada día. Es emilagro que se produce sin que nos demos cuenta es el mercado. Las señales de los precios sirven para formar los precios relativos y asignar los recursos productivos de un economía de la forma más adecuada.
Otras consecuencias de ese mercado más global es su homogenización en precios, generalmente a la baja, que ha destruido esas ventajas competitivas por proximidad que permitían vender en mercados pequeños con mejores precios por que la información que tenía el comprador era muy reducida respecto a todos los proveedores y sus precios posibles. Este mecanismo es el que ha vaciado de tiendas los locales comerciales de todas las calles y ha reducido el número de proveedores a nivel mundial. El mismo que nos permite comprar productos antes inimaginables y a precios accesibles desde nuestras casas, como coches chinos llenos de pantallas, eléctricos y de buen diseño. Que otros hagan la suma algebraica.