Todo radica en decir la verdad. Como cantaba Serrat, «Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio». No hay que hablar de la guerra de Ucrania ni de la inflación provocada por el BCE ni de la subida del coste de la energía ni del precio del dinero ni tan siquiera de la sequía, para explicar la subida del precios del aceite de oliva; el aceite sube porque es muy costoso recoger las olivas incluso con maquinaria y no da para casi nada al productor. Los italianos ya avisaron de lo que venía, hasta plantaron falsos olivos para justificar su producción ante la UE en sus vuelos-demostración en el logro de ayudas porque ya no tenían tantas plantaciones debido aque la recogida de ciertos frutos era más cara que lo que se conseguía en el mercado. No había más remedio que comprarlo fuera y aprovechar el buen nombre como proveedor de aceite de gran calidad para seguir vendiendo. Lo mismo que ha pasado con los cítricos y frutos secos que se han quedado en los árboles en muchas ocasiones y se acaban arrancando campos enteros. Únicamente en los países de bajos salarios sale medianamente a cuenta su cultivo y eso nos lleva al norte de África (Marruecos y Argelia mayormente), Grecia y Turquía.
Una de las herramientas del Pricing: el Pocket Price Waterfall de toda la cadena de distribución, determinando el margen que se queda en cada eslabón de la cadena, nos ayudaría a comprobar la justicia del aumento del 100% que estamos viendo inusi-tadamente. Este análisis es muy interesante porque determina dónde se van quedando los márgenes hasta llegar al consumidor final, con el precio final, precio de calle o precio de bolsillo y, que suele sorprender bastante hasta a los propios interesados. Aprovecho para comentar que está herramienta es muy importante para mejorar la rentabilidad de tu empresa porque te descubre dónde se va la rentabilidad -en la ruta hasta el consumidor- que echas de menos. Las primeras sorpresas se dan en el tramo hasta tu factura, así el primer trabajo de mejora es interno.
La presión de las cadenas de distribución hacia los productores que se lleva ejerciendo durante muchos años, tiende a un abaratamiento forzado de muchos productos de forma poco natural y económica. El hecho de que una gran cadena suba los precios cuando abren un buen día y que los competidores abran los establecimientos con el mismo precio no da ninguna confianza en el juego de oferta y demanda. Ya sé que se siguen competitivamente, pero esa simultaneidad es excesiva no tratándose de un mercado on line. Quiero pensar que tendrán otros métodos para seguir los precios para responeder tan rápidamente y sin acuerdos colusorios.
El modelo de la oferta y la demanda, impone un orden espontáneo que se ajusta según el nivel de escasez y retorno conseguido por la producción/comercialización de un bien, de forma clara, si cultivo cebollas y no saco ni un euro de beneficio, al año siguiente no plantaré cebollas. El caso de los olivos sigue el mismo modelo en teoría, pero no es igual por los años que se requieren en disponer de una plantación productiva y la imposibilidad de que se arranquen para otros cultivos de un año a otro. Si hay una producción del 50% menos de lo habitual debido a la sequía hay que explicarlo con claridad y decir dónde se ha producido esa reducción en la producción, en España (si es en Anadalucía y/o en el resto de la España productora) o en Marruecos, Grecia o Portugal. Habrá que ver cuáles son las cifras de la producción oficial y ver si las cifras de todos cuadran. En octubre de 2022, ya se estimaba una reducción del 50% para esta temporada 22/23, que ya es tener capacidad de pronóstico pensando en la sequía, aunque los meses clave para que tomen volumen los frutos sean pocos. A ver si la próxima campaña, con la misma sequía, se aumenta la producción propia y/o importada, y se pueden aprovechar del precio duplicado durante este año. Se lo merecerían los pequeños productores, si es que les toca a ellos algo del mark up agregado. Sería la confirmación de las tesis italianas del funcionamiento en este mercado. Este artículo de El Economista aludía al problema del aceite español como sector exportador en 2020.
Desde mi punto de vista, siempre es mejor explicar la situación al mercado. Aclarar las tareas que lleva un olivar y en qué condiciones se realizan, las inclemencias climáticas que lo perjudican en sus justos términos, las circunstancias de mercado que se han desarrollado en países que no eran consumidores de aceite de oliva y que ahora te lo quitan de las manos y, todas las circunstancias que explican por qué hay que subir el precio del aceite más de un 100% en tan solo un año. Curiosamente, las sandías y los melones han sufrido una reducción de la producción en los dos últimos años hartos de tener que regalar la producción y ahora han tenido que correr para que hubiera producto en agosto en los mercados. Los precios también han subido. Escasez, divino tesoro para los ofertantes.
Como he comentado muchas veces, esa contención de los márgenes no trae nada bueno, como el abandono del campo por los jóvenes, por ejemplo. Me inclino a pensar que esta subida -además de la genérica porque no se saca casi nada- se debe a una limitación de importación de aceite del norte de África que ha desabastecido ciertos mercados que contaban con esa producción -sin negar el efecto de la sequía en todo el Meditarráneo, por supuesto-, supongo que la producción italiana estará más mermada que le nuestra, ya veremos, sabiendo que buena parte de ella viene de otros países como España. ¿Cuánto aceite español se exporta y cuánto no es de origen español aunque la marca comercializadora/exportadora sí lo sea? Complicado de saber con certeza. He consumido durante un año un razonable buen aceite virgen extra español en Inglaterra. Aquí dejo su precio actual (Solesta, aceite virgen extra 750 ml 3,79 libras en ALDI, que si lo pasamos a euros y a un mismo volumen de un litro, correspodería a 5,9€/litro), en Irlanda la misma marca y calidad está más barata todavía y en euros. Parece que en Italia no está más caro a pesar de no tener mucha producción propia, menos de la mitad que España. Si lo entienden, por favor, aclárenmelo.
La empresa productora/comercializadora de aceite de oliva más importante del mundo es la portuguesa Sovena, con fuerte presencia corporativa y productora en España. Lo que queda claro es que entre España, Italia, Portugal, Grecia, Turquía, Tunez y Marruecos, se reparten el pastel de la producción y hay interacción entre estos mercados. Hay productoras, envasadoras, grandes cadenas de distribución, mercados locales e internacionales, se exporta aceite envasado y a granel y todos conocemos que el sistema cooperativo español está muy implantado en este sector mediante pequeños productores agrupados. Tantos agentes en el mercado con diferentes roles no facilita saber el verdadero origen del aceite que consumes, aunque todo pueda ser de calidad o de alta calidad.
Pagaré 10€ por litro en diciembre 2023 incluso algo más, como ustedes, aunque me tenga que comprar un dosificador antigoteo, pero quiero saber la verdad, quiero saber la verdadera causa del aumento de precio del oro español o del que compramos aquí. Aunque las dos causas plausibles ya están comentadas anteriormente: posible limitación de la importación de otros países productores más baratos y de fuera de la UE y/o aumento de la exportación de éstos a otros países consumidores. Nunca se puede dar por seguro que no exista algún acuerdo colusorio -dificil de demostrar- por parte de algún eslabón de la cadena de valor. Con cierta frecuencia, se producen comportamientos no competitivos -sin ningún acuerdo previo para ello entre los agentes- simplemente por seguimiento de las subidas de precios de unos y otros que a todos interesan. Es posible que mientras la venta no se resienta, los precios suban o se mantengan altos. Un buen día se acabará la sequía y sabremos la verdad.
Para mí, el valor del aceite era muy superior a su precio de calle de hace un año, pero quiero saber si alguien que no aporta ese valor se está enriqueciendo con las subidas. Por el contrario, pagaré con gusto el nuevo precio porque me aseguraré la sostenibilidad de la producción del oro mediterráneo que tanto aprecio.
P. D.
El proceso por el que se disparan los precios desde hace cuatro años: todo comenzó con la pandemia en 2020, después vino el carguero que encalló en el Canal de Suez en marzo de 2021, el aumento del coste de la energía que también vimos en el mismo año, la guerra de Ucrania en febrero de 2022, la sequía en 2022/2023 que ha reducido la producción de ciertos alimentos y, qué será lo siguiente para subir los precios fuera de la dinámica del mercado: la cola de cargueros en el Canal de Panamá debido al cambió climático (porque el nivel del mar está subiendo por dicho cambio, pero el agua del canal -aunque sean esclusas- le falta el nivel para que esos cargueros llenos de contenedores puedan pasar. Y mientras, aumentando la masa monetaria sin parar…
Predije que la subida a 10€/l del aceite virgen extra sería para diciembre, pero parece que me equivoqué porque aseguran que la subida puede ser inminente incluso para los últimos días de agosto 2023 y que puede llegar a 11€/litro incluso. Ya se verá, aunque el precio de alguna marca ya está a 10,65€/l.
El 1 de septiembre, El Economista publicó un artículo en el que su periodista explicaba por qué el litro de aceite virgen extra cuesta más en España que en Irlanda o Inglaterra, diciendo que es porque los precios están fijados para toda la temporada y que en esos países el consumo no es tan masivo como en España. En fin, como si las cadenas españolas de distribución fijaran el precio por cada pedido de reposición. Según el link incluido más arriba, en octubre de 2022 ya se sabía la reducción de la producción por la sequía, ¿quién negociaría esos precios tan bajos para perder dinero? El que se quiera seguir promocionando el consumo de aceite en esos países tampoco es excesivamente convincente porque el producto lleva muchos años en esos mercados y si prefieren otras grasas, no tiene sentido que sea un producto barato para los gustos más refinados y/o que buscan comer saludablemente.
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