Muchos son los objetivos que tenemos cuando emprendemos una racionalización de los inventarios. El primero que tenemos -o deberíamos tener- es enmendar las causas por las que creímos en su momento que un inventario superior nos ayudaría a compensar nuestra falta de capacidad en la gestión del proceso productivo completo, de forma que cubriendo el problema principal con más stocks se solucionaba y se dejaba inoperativo.
Ese exceso de inventario nos provoca un mayor circulante que habrá que financiar y ese coste lo tendremos que incorporar a la estructura de precios, ese y los propios del espacio de almacenamiento, obsolescencia y mermas de los productos que allí se encuentran, el mayor coste de personal para su manejo y gestión, etcétera.
Con frecuencia, se nos olvida que los costes de financiación externa son sólo una parte del problema, ya que lo que más siente el accionariado es que su inversión está inmovilizada y con un ciclo de recuperación muy largo, dicho de otra manera, o ponen más dinero de su bolsillo o tienen que pedírselo al banco apalancándose financieramente en el mejor de los casos.
La optimización de inventarios logrará una liberación del «inmovilizado» en el circulante que se transformará en una disponibilidad de recursos para la mejora del negocio, su expansión o para que lo que la dirección y la propiedad crean más adecuado en su momento. La falta de puesta en práctica de la optimización de inventarios está estrangulando a la empresa y qué decir si la situación del dinero en el mercado está complicada.
Si los implicados en el aparato logístico, comercial y económico-financiero, no pueden responderle de forma inmediata a su pregunta de cuál es el índice de rotación de la empresa, es que el nivel del agua está cubriendo las rocas con las que podemos chocar y, si conoce qué rotación de stocks tienen porque es un problema reconocido que tienen encima de la mesa, los números que son aconsejables de forma general son:
- Un índice de rotación de 7 para los mayoristas y empresas de distribución
- Un 25 para supermercados, en algunos productos de alimentación sobre todo
- 4 ó 5 para fabricantes
- 8 para grandes almacenes
Lo primero que los mentores de las compañías de capital riesgo sugieren a sus pupilos es que se olviden del total del montante que están dispuestos a financiar y se dirijan a aumentar la rotación para dejar así esa cantidad a la espera de que se requiera. Igual estrategia siguen con los microcréditos en África, con esas pequeñas cantidades y un alta rotación viven muchos individuos en ese continente evitando que se necesiten grandes cantidades de dinero para su sostenibilidad.
Todo comienza por estudiar su demanda y la función que sigue. En otro caso, acabará aumentando los inventarios para vivir más cómodamente y sin sobresaltos, pero con una amenaza a futuro muy importante.