Aunque para los compradores habituales de Amazon, la Buy Box no nos supone ningún reto, al contrario, nos facilita la compra y las opciones que tenemos en precios y situaciones de compra (la inmensa mayoría de las compras se cierran desde la Buy Box). Sin embargo, para los proveedores les supone la vida o la muerte -bueno, no tanto- sólo vender o no vender.
Comentemos brevemente qué es la Buy Box en su entorno principal actual: Amazon, pero también se da en el resto de las grandes plataforma de venta on line. Cuando vamos a comprar un producto en Amazon vemos que nos aparece a la derecha una reconocible caja donde te dicen el precio, los días de entrega, si una entrega más rápida es posible y si tiene coste, la condición del productos (nuevo/usado), cantidad a comprar, si hay stock y algunas veces otros proveedores alternativos con productos nuevos o usados, también los botones clásicos de comprar ya, añadir a la cesta o a la lista de deseos, así como quién te lo envía y quién te lo vende.
Los proveedores que comercializan a través de Amazon quieren ser los elegidos por el algoritmo de Amazon para poder llevarse la venta. Si no aparecen como el proveedor principal y figura como alternativa, es un mal menor. Lo que está claro es que quien no aparezca no venderá ese producto, aunque la cuestión es que esa posición privilegiada es dinámica y se gana o se pierde por diversas circunstancias que sólo Amazon sabe y el resto intuye con mayor o menor acierto.
Por aparecer en ese espacio mágico hay verdadera lucha, también por no perder esa posición porque otros distribuidores lucharán por arrebatarte la colina incluso con los mismos productos. Sólo la protección legal de marcas y fotografías nos permitirán cierta tranquilidad, pero si trabajas con commodities es complicado. Huelga decir que si es Amazon quien gestiona el producto, todo el pescado está vendido para la casa.
Las condiciones y/o méritos para llevarse la Buy Box son varios, dependiendo también del tipo de cuenta que tengamos en Amazon, pero digámoslo claro: el mejor precio es la principal y ya estamos de nuevo en la lucha por ser constantemente el más barato, aunque no es necesario al 100%, sí que deberá ser un precio muy competitivo y acumular otros méritos como: operaciones, cumplimiento servicio, pocas (o ninguna) cancelaciones y devoluciones, buenos comentarios, coste del envío, disponibilidad de stocks, buenas fotografías, etc. Dado que el precio es muy dinámico en los proveedores, no tendremos más remedio que someterlo a monitorización y repricing continuamente.
Una vez más estamos en manos de un algoritmo que no conocemos bien y que cuando progresamos en el conocimiento de su comportamiento, cambia para el despiste general hasta que le vuelven a tomar el pulso.
No hay que olvidar que todos los compradores no utilizan pantallas grandes para ejecutar su acción comercial y una multitud usan móviles -en estos- llevarse la Buy Box es todavía más importante.