Es uno de los indicadores más claros sobre el nivel de gestión de una empresa, cuanto peor es el nivel de gestión más nivel de inventarios hay y, desde luego, peor índice de rotación. Es exactamente lo mismo que pasa con la tesorería cuando no se gestiona bien, se requiere un nivel de liquidez alto que cubra la falta de gestión o llevarse bien con los bancos. El agua esconde todas las rocas y arrecifes, sólo los buenos gestores se atreven a bajar los niveles seguros de que saben navegar y con los óptimos de tesorería, en este caso, de los inventarios.
Tanto si hablamos de fabricantes como si lo hacemos de empresas de distribución, el objetivo es el mismo: poder atender a los clientes en tiempo y forma, también en costes porque la mala gestión de inventarios se traduce en costes directamente, pero ambos sectores tienen aspectos claramente diferenciados. Para los fabricantes, el nivel de inventarios afecta al funcionamiento básico de su operación en un ciclo más complejo de suministro pudiendo hacer parar muchos recursos por la falta de un material. Para la distribución es igual de perjudicial porque afecta al nivel de servicio a los clientes, pero el faltante afecta menos a su operación, aunque el riesgo de perder clientes ya es suficiente riesgo para optimizar el inventario sin aumentar los costes.
Basta con preguntar a los gestores de una empresa por la tasa de rotación de stocks, para saber si se están gestionando bien. En caso afirmativo, la tasa de rotación, cobertura, etcétera, están encima de la mesa como el de la presión sanguínea en casa del enfermo cardiaco.
No cabe ninguna duda que hay diferentes tipos de demanda y que algunas empresas obtienen sus pedidos siguiendo una variable estocástica, lo cual complica determinar una función de la demanda para la mayoría de las pymes. No obstante, hay muchas funciones de demanda -determinísticas constante o variable- más fáciles de determinar con predicciones acuradas y con ello, poder gestionar los pedidos y -por lo tanto- los niveles de stocks.
El seguimiento de la demanda nos facilitará radicalmente la gestión de precios, constituyéndose en un segundo beneficio de una buena determinación de la demanda. Tampoco hay que olvidar que los precios son una magnifica herramienta para optimizar ingresos y/o margen, basándose en el conocimiento de la demanda.
Dominar los procesos estadísticos no es habitual en las pymes, pero hoy en día hay herramientas software potentes y proveedores que aportan sus conocimientos, herramientas software y experiencia para su cálculo, a precios razonables. El resto ya depende de la empresa, porque es su nivel de gestión el que aprovechará conocer la demanda o no.
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