Con el tiempo se ha ido creando un malnombre de algunos conceptos que no son malos. Cuando escuchamos la palabra monopolio, rápidamente la asociamos al abuso, al aprovechamiento impropio, a las concesiones de algo necesario para un único distribuidor, al absolutismo en definitiva. La realidad no es esa, el monopolio natural, el que te llega porque lo que has creado es muy demandado y eres el único proveedor del mercado, es bueno, muy bueno para la empresa y la economía. Por eso compramos productos de los países en los que las propuestas únicas triunfan.
El monopolio no es contrario a una situación de competencia -de hecho nuestra economía es de competencia monopolística– ya que se producirá espotáneamente un nuevo orden competitivo que hara que otras empresas quieran entrar en ese mercado de uno a miles y que provee grandes beneficios, no por el abuso, sino porque es el único proveedor y tiene la capacidad de fijar un precio que -sin tener que ser abusivo- no se ve presionado a la baja debido a otros agentes.
Los nuevos competidores obligarán al monopolio a compartir el mercado, pero siempre contará con ventaja y alguna barrea competitiva que le permitirá ganar tiempo y crear productos o servicios paralelos al principal. Hay muchísimos ejemplos, sobre todo en los sectores alrededor de la tecnología. Empresas que crearon una nueva línea de productos y que -a pesar de ser igualados y seguidos por la competencia- han mantenido un liderago ampliando a más líneas, siempre a través de la innovación.
Cuando una empresa se crea, debería hacerlo con este objetivo: ser un monopolio natural y que con el tiempo se convertirá en un oligopolio y -más tarde- probablemente en un mercado competitivo. No es malo el monopolio ni el oligopolio, sólo que hay que cuidar el abuso y la colusión, pero quién no quisiera liderar un nuevo mercado y que no haya nadie más en el mismo como proveedor de esa clase de productos.
Cuando las empresas nuevas se parecen a las existentes y buscan que con alguna innovación o ventaja competitiva momentánea poder construir una gran organización, se equivocan. Poco después comenzarán con la carrera de los descensos de precios.
Les aseguro que no hace falta estar en EEUU ni en Alemania para crear un monopolio, hay empresas españolas que están vendiendo con ese regimen monopolístico en todo el mundo y comenzaros siendo muy pequeñas, pero con una gran visión.
Todos los gobiernos se protegen de los cárteles, los acuerdos de colusión, las grandes corporaciones que acaparan mercados y eso nos ha hecho pensar que el monopolio no es deseable. Ser único, ese es el objetivo.