Compra del automóvil, alquiler-renting y suscripción, las tres opciones del futuro. La tendencia clara indica una transición de la primera opción hacia la segunda y la tercera.
Los humanos tenemos un sentimiento de la propiedad muy exacerbado, eso es innegable. El derecho Romano ya se encargó de reflejarlo y de transmitirlo hasta nuestros días. Queremos tener nuestro propio automóvil solo para nosotros. Aunque a nadie se le ocurre tener nuestro propio hotel o nuestro propio tren o avión, eso sí que lo compartimos sin problemas. También compartimos las oficinas con otros y los bares también. Partiendo de esos sesgos que el humano tiene, existe una clara tendencia a compartir, no porque no nos siga atrayendo la propiedad y el uso reservado y exclusivo de quien nosotros digamos, es que no hay más remedio que compartir porque no cabemos en este mundo con un coche para cada uno y encima, con un gran número de horas sin uso del mismo, añadiendo el problema del estacionamiento propio y en movilidad.
Cómo solución, ha ido apareciendo en el tiempo diferentes alternativas. El renting es una de ellas, el cual ya no supone una inversión y cada cuatro años generalmente nos cambian el automóvil. La cuota mensual incluye los gastos del coche como mantenimiento, cambios de ruedas, impuestos y seguro a todo riesgo. No está nada mal, tanto para uso laboral como privado. Además, incorpora -de alguna forma- un pago por uso. Muchos usuarios se están pasando a esta modalidad que cuenta con las ventajas comentadas y una percepción de la propiedad que se mantiene inmaculada.
Desde hace algún tiempo, sobre todo en el mercado americano y en algunos países europeos como Alemania, ha ido emergiendo una segunda alternativa a la compra: la suscripción. Con ella, tenemos la posibilidad de disponer de un automóvil por una cuota mensual, pero con más flexibilidad. Podemos cambiar de coche cuando queramos -a otro modelo superior, por ejemplo-, los gastos adicionales también están cubiertos como en el renting y si no nos conviene por la causa que sea, podemos parar la suscripción cuando queramos. Hay algunas variantes, incluso alguna que se aproxima a un alquiler puro del coche en el modo clásico, por días u horas.
Según las estadísticas, un 40% de los usuarios están dispuestos a utilizar este modelo y el resto todavía no entra en sus esquemas de uso. Lo que pasa, es que en pocos años no será una elección y -como pasará en los sistemas de computación- no habrá más remedio que compartir los bienes físicos ya sean servidores , automóviles, electrodomésticos, etcétera.
Por supuesto, en esquemas de uso cada vez más dependientes del momento y situación, los precios serán dinámicos en buena lógica. Si sólo pagas por el tiempo que lo quieres usar -en un caso extremo- lo normal es que estés sujeto a la demanda del momento y si no quieres estar en ese supuesto, tendrás que reservar la disposición del coche con tiempo. Como las plazas en un avión…
La estructura de precios, que -en definitiva- es la manera en la que se comercializa y factura, es fundamental para la correcta aceptación por parte de los clientes y que éstos no intenten reducir el precio, puesto que el propio formato ya colabora. Los que son innovadores en cuanto a la estructura de precios, van a tener una gran ventaja competitiva.