Hay conceptos que se ponen de moda y como la industria del management no para de sacar nuevos conceptos -hay que vender novedad-, al poco, la obsolescencia los devora sin dejar que se extiendan más allá de los líderes en gestión. Uno de esos conceptos es la organización por Centros de Beneficios. Una buena definición la podemos encontrar en la web Contabilidad de Gestión: «Centro de responsabilidad cuyo responsable controla parcial o totalmente aquellas variables ligadas a ventas y a costes, que permiten y condicionan la consecución de un mayor o menor beneficio. Por ello, su responsabilidad financiera no es maximizar los ingresos vendiendo más unidades o minimizar los costes, sino rentabilizar el beneficio del centro. Dentro de los centros de beneficios es conveniente distinguir entre centros que no tienen influencia en los costes de producción, por ejemplo, un departamento comercial, de aquellos centros que tienen control sobre dichos costes, como sería el caso de las divisiones». Sus virtudes siguen estando vigentes y, si me apuran, más que nunca. Por la situación de la sociedad en nuestros días, nada mejor que este tipo de organización que permite y aglutina la responsabilidad y compromiso con el empoderamiento en las personas que deben conseguir los resultados, evitando ese desentendimiento y marcha al tran tran que todos detectamos en las empresas.
En las grandes empresas está plenamente aplicada por su estructura con diferentes fábricas, divisiones, productos y países de operación, pero -en mi opinión- es más importante en la pyme donde siempre hay menos medios para la gestión y, un sistema de responsabilidad distribuida es más eficaz.
Esta organización por CBs incorpora un sistema de informacional con la misma estructura creada, contando con cuentas de resultados distribuidas en esa estructura y permitiendo que cada responsable de centro de beneficio sea el gestor de cada uno. Esto no complica la gestión de la empresa -al contrario- puesto que estas cuentas no alteran la contabilidad de la empresa, sólo hacen que las agregaciones sean estructuradas de forma diferente y de carácter interno.
Los centros de beneficios que suelen utilizarse en la pyme son los canales, zonas geográficas, hasta llegar a los profesionales de la comercialización de forma individual. Cada estructuración debe estudiarse para cada caso, pero los comentados son los más frecuentes. Cada uno de ellos gestiona costes e ingresos y por lo tanto de los márgenes a cada nivel y su logro del objetivo anual.
Sin embargo, es cierto que esa estructuración comentada requiere que tengamos la información de costes bien imputados, al menos, siguiendo el detalle de cada centro de beneficios.
La estructuración por centros de beneficios aporta un gran avance en la gestión y permite que las estrategias sean particularizadas a cada centro, por lo que consiguen una mayor eficacia y eficiencia que cuando se actúa con información agregada como si trataran diversos síntomas de enfermedad agregados de diferentes enfermos. Normalmente, las estrategias para una cosa son malas para otras.