Analicemos la cuestión antes de definirnos. Empezaremos por una cuestión similar, el precio de los alquileres en ciudades turísticas. Ahora se quiere limitar su nivel alto para evitar abusos, me pregunto si también se limitará el precio del marisco en Navidad o el precio de tantos productos y servicios que tienen un precio artificialmente prohibitivo como forma de enfocarse a su target. En este momento (en la pandemia) las mascarillas FPP2 y 3 han subido una brutalidad debido a la preocupación de la población, la misma Amazon está investigando estas subidas artificiales, pero la cuestión es si jugamos al libre mercado o según nos convenga. ¡Se podría limitar el salario de los políticos o de los medios electrónico -Apple, por supuesto- de que disponen y algunas prebendas más o eso no se puede tocar.
Cuando algún aprovechado divide un piso antiguo en cinco pisitos para sacar provecho, es la ley de mínimos (superficie mínima digna para una vivienda) la que no debe permitirlo, pero no la de máximos. Por lo tanto, si es legal, se puede fijar el precio que se quiera y si quedas fuera del mercado nadie te lo comprará o alquilará.
En los sistemas de precios dinámicos también pasa, se ajusta a la demanda, subiendo y bajando según la situación de esta. Con frecuencia, obligando a los que no pueden comprar en el momento pico a hacerlo en el momento valle, ¡cómo me pasa a mí con muchos productos y servicios! Resuelvo el tema de la siguiente forma: aguantándome. Sería mucho peor que nunca pudiera acceder a esos productos y servicios, si lo puedo hacer en las horas de baja demanda, pues ya es un logro.
Uno de los sesgos cognitivos del ser humano es el sentimiento del precio justo, que nos orienta a no aceptar los abusos, cómo pasa cuando llueve de repente y los paraguas de baja calidad pasan a valer como si fueran de una marca de un modisto francés. Yo he renunciado al aprovechamiento y he seguido mojándome en medio de la Gran Vía madrileña cuando me ofrecían paraguas de 3 euros a 12 y 15 euros, pero no se me ocurrió pedir que se dictase una ley para limitar el precio. Eso no funciona así, hay que esperar al nuevo ajuste. Otra cosa sería que se hiciera acopio de un elemento básico para la salud, pero parece que los precios de algunos medicamentos no están en la cabeza pensante de los enemigos declarados del mercado.
Es curioso que a los políticos nunca les da por limitar su salario, pensando que sus curriculum vitae tienen menos texto que un billete de metro. La primera medida que toman es subirse el sueldo para los alcaldes, concejales, diputados, etcétera, paradójicamente, el presidente tiene un salario de risa para su responsabilidad. Raro, ¿verdad?
Los precios dinámicos van ganando terreno sin descanso. Los usuarios pueden «aprender» su estructura y aprovechar sus condiciones. los usuarios de Uber y Cabify, se adaptan y salen ganando aunque renunciando a alguna comodidad, es la forma de abaratar el precio.