Si entrar en más especificaciones, todo el mundo es capaz de reconocer que entre el dinero y el precio hay una íntima relación, aunque sea de forma intuitiva. Es cierto, la hay y es muy importante. Bastará con nombrar una circunstancia económica que los ata: la inflación (también la deflación, claro), pero no es la única cosa que los pone en relación.
Caminamos hacia cambios de calado en el sistema monetario a nivel local e internacional y esta circunstancia va a afectar -sin duda- a los precios. Por esta razón y para estar alerta de los mecanismos de lo que viene, trataremos de concretar esa relación entre ambos conceptos. Como se ha comentado, la primera relación es que la oferta monetaria excesiva modifica tanto los precios absolutos y los relativos a través de la inflación. Esta afección es capital porque después de fijar los precios adecuadamente, la inflación, puede alterar toda la economía modificando la posición inicial de los precios que habíamos marcado sacándonos de la posición determinada porque todo se mueve y alterando la asignación óptima de los recursos. Cuando eso sucede, siempre hay aprovechados que modifican al alza sus precios por las expectativas alcistas que puedan tener en el resto de precios que pueden tener y otros más aprovechados, por ganar más sin merecerlo.
Respecto al dinero, la tendencia es hacia la desaparición del dinero en efectivo -monedas y billetes- y el uso de dinero electrónico, además de las criptomonedas, stablecoins y bitcoins. Aunque un euro en billete o un euro digital será y valdrá lo mismo, ya sólo con el cambio de formato quedará alterada nuestra conducta, tal como lo hizo con la generalización del uso de las tarjetas de crédito y débito.
Un aumento de la oferta monetaria sin compensación en la demanda modifica el nivel de precios al reducirse el valor del dinero y obliga al precio a actualizarse para mantener la equivalencia. No es el único motivo, la escasez o la abundancia del producto también modifica al alza o a la baja el precio, como todo el mundo sabe sin estar metido en economía formalmente. En definitiva, la inflación aparece cuando hay un incremento de la oferta monetaria superior al incremento del PIB, que es lo que demanda más o menos dinero. Se argumentan otros motivos, a veces exógenos al sistema monetario. Aquello de poner en marcha la máquina de imprimir billetes es una metáfora un tanto obsoleta -aunque se mencione para expresar la acción de los bancos centrales en apoyo de los gobiernos dilapidadores-, ya que la masa monetaria -en monedas y billetes- se ha reducido muchísimo y, son los depósitos bancarios los que están creando dinero en realidad desde los bancos comerciales, a base de multiplicar en préstamos el dinero en depósitos bancarios, dificultando la estrategia monetaria de gobiernos y bancos centrales. El FdGD garantiza los depósitos bancarios hasta 100.000€ por titular y cuenta, aunque si la corrida fuera generalizada habría que llegar al Tesoro como último recurso y rezar, rezar mucho.
Si se entra en una situación inflacionaria y se intenta controlar los precios para acelerar su tendencia auto reguladora natural, el resultado a medio o largo será mucho peor que si se dejan que los precios relativos y absolutos se ajusten a la realidad de su valor, ya que el valor del dinero y los precios guardan una relación inversa. Si se está en una situación de ajuste permanente para evitar la inflación, no hay modo de vivir con dignidad.